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Versos en Videos

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Este es un nuevo espacio para que cada visitante descubra una nueva forma de leer poesía.


Poesía:

Espera

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Sobreviviendo al recuerdo


No es en vano narrarle, seguro que me escucha, aun las esperanzas no han decaído y mis manos siguen firmes a aquel sueño, aunque éste se pierda en momentos de encierro, se oscurezca y se desdibuje en borracheras intentando imaginarme junto a ella.
Mi melancolía se transmite a través de mis emociones, mis labios robustos y el recuerdo.
-“Papi papi mírame, mírame”
Aun me mata saber que ya no la tengo, que solo quedan recuerdos, que ya no la puedo abrazar ni decirle feliz cumple hijita, feliz fiesta de 15, siquiera la puedo ver vestida de blanco junto a su príncipe azul. ¿Dónde estás?
Fue en aquellos años, oscuros e ingenuos, mi esposa se vestía para irse a trabajar y mi niña dormía plácidamente junto a su osito de peluche, el era su novio y pretendía casarse, y yo a veces me ponía celoso. Su frágil mano sostenía su felpuda cabeza y sonreía, sonreía hasta en aquellos tumultuosos días.
Mi esposa la despertó y la cambió, pero siempre le decía antes de salir “nunca hables de política en la calle, ni en ningún lado” Sólo tenía 6 años ¿A qué niña se le ocurriría convertir a su muñeca “Pepona” en Eva Perón y a su osito de peluche en su esposo? ¿A qué niña se lo ocurriría inventar esa situación y dejar de imaginar su futuro de doctora o veterinaria? ¿Qué niña de 6 años deja de ver su realidad, para ver esta triste realidad?
“Chau papi, te amo”
Ella se fue con su valijita marrón, decía que le gustaba mucho y mi esposa se fue sin despedirse. Siempre se iba nerviosa y repleta de miedo, en la cena solo hablaba de su amiga Margarita que se peleaba con su esposo y antes de irnos a acostar sólo decía “Hoy no Dios, por favor”
Los días pasaban y mi ángel siempre me reglaba alegrías, pero un ingrato golpe me arrastró de estas.
Aquella noche mi vida terminó, ellos entraron y los gritos y llantos no tardaron en aparecer. ¿Qué pasaba? ¿Por qué a nosotros? Yo sabía que nadie estaba involucrado en la política, hasta ese momento.
Sujetaron y tabicaron a mi esposa que agonizaba entre forzosos intentos de escapar de aquellas sucias manos, intenté detenerlos pero un golpe sordo me durmió. Desperté y lo único que fui a buscar ya no estaba, mi retoño ya no estaba, mis ganas de vivir habían desaparecido, las lágrimas desbordaron de mi rostro y la locura invadió mi cuerpo, no sabía qué hacer, quería morirme, desaparecer, ya no la tenía. ¿Qué me quedaba por vivir? Era todo lo que tenía y me la sacaron de las manos…Se fue sin decirme adiós, sin poder decirme la fecha del casamiento con su osito…

Ganador del primer puesto del V Concurso Literario Scholem Aleijem 2010 "Bicentenario"

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Espera




Espera

En la afligida mañana las frías gotas caen sobre tu tenue rostro,

esperando la piedad de personas indiferentes ante tu pena oída solamente por los astros,

sintiendo ser solamente un melancólico espectro.

Recordándolo en aquel sonido del tren desvaneciéndose lentamente, añorándolo,

como el vuelo inadvertido de aves en celo

que se van oscureciendo sobre el eterno cielo.

Es tu fina silueta de mujer apagada por la huida de aquel cuerpo magno

y tus ojos bañados por olas abatidas en el abandono,

que te encierra en un tenue paisaje llano.

Aprisionándote en el blanco de las nubes que miraban enamorados,

volando al ritmo de las aves, observando el amanecer, apasionados

dejando el presente de tu vivir al regreso de tu amado.

Corres por el oscuro túnel de la demencia intentando superar los minutos,

en este reloj que ha muerto.

Él había partido a la guerra sin acariciar tu dormido y frágil rostro,

dejando solamente una carta sobre la mesita del velador,

abandonando cabizbajo a su familia, suspirando, fingiendo no ser un perdedor,

anunciando su muerte pintada de un desolado rojo, aferrado a tu amor.

Pasaron los días,

y las fuertes lluvias se adueñaron de las calles desoladas

mientras las personas indiferentes dormían plácidamente en sus casas

Pero tú aun esperabas en la soledad de los arboles dormidos,

en el golpe seco de las gotas contra el banco arruinado,

que el tren llegase con tu fiel amado.

Maximiliano Braslavksy

22/03/2012



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Aún sigo latiendo


¡Óyeme! óyeme desde la penumbra, rebelde, óyeme desde aquel agujero que sucumbe tu felicidad. El tiempo te arrastro hasta la más ínfima soledad, recordando el sufrimiento y las lagrimas derramadas por ella.
¿Cuántas hojas se cayeron en el otoño mientras te decía el final de tu cuento de hadas? ¿Cuántos escucharon tus plegarias a Dios por volverla a ver, a sentirla, a besarla?
Ahora te canto intentando resistir tu agonía, desahógate, golpéame aun más si es necesario, total yo ya sufrí demasiado más que ti.
Ya no persigo la felicidad, creo que solo sigo latiendo por costumbre a seguir muriéndome día a día, lagrima a lagrima, vacilando entre versos, intentando lo imposible ¿Tanto te cuesta ser feliz? ¿Tanto sufriste? ¿Tanto la amabas que en ese entonces latía a causa de mi existencia?

"Respira entre sorbos
Grita en el borde de tu infamia
No recuerdes el pasado"

No hay sentido, sigo cantando y tu no respondes al parecer estas muerto, ¿Pero por que aun sigo latiendo? ¿Sera que solo murió mi antigua amiga?
Eras feliz y tu final feliz fracaso como aquella felicidad que desapareció en ese otoño mientras caían las hojas presintiendo un adiós

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Tu recompensa

“Ya es tarde para volver atrás y aun quieres seguir, sé que no voy a ceder, sé que no volveré a ser la misma de antes. Ahora tu lo tienes todo, todo lo que quisiste, lo que lograste y ya no vuelvas a rogarme, ya sufrí mucho y no quiero entrar en tu circulo vicioso.”
Sigo escuchando, ya es como un espectáculo verlos pelear y ¿aun que lograron?, no quisiera tenerte de nuevo, ni verte pero tu logras manipularla a causa de su bondad. ¿Tanto cambiaste?
Entre tantas cartas debajo del olvido encontré una poesía dirigida hacia tu amor, al que ves sufrir ahora por tu culpa. De blanco se vestía con un corazón como escudo, deseaba pelear eternamente y con un anillo saber que confiaba en ti. Pero tus falacias culminaron eso y ahora te arrepientes, pero creo que es un poco tarde, mala suerte para un iluso
Ahora la soledad te acompaña, es lo que deseabas -replica a gritos-
Suplicas de rodillas, es tan lindo verte sufrir seré cínico pero tu un mentiroso que no puede sobrellevar a su propia familia.
Y solo unas palabras mas y espero que tengas la mente abierta… “Soy más feliz sin ti”
La desesperación se desvanece con tu adiós, mientras tu pasado reprime tu delicada mente en este lúgubre invierno y el silencio reina en mi habitación

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

A mi poeta

Aun está sentado
sobre el frio banco
que calienta con su propia decepción
abrigado por la soledad.
Lo puedes observar
es gratis como su sufrimiento
vestido de mentiras y penurias
ya no sonríe por dentro
aunque demuestre lo contrario
al contar sus anécdotas de supuesto escritor famoso
y notes una pequeña inclinación en sus sucios labios.
Su aroma a alcohol barato, ya propio
como la sombra en los amaneceres
que ya son anocheceres en sus cansados ojos
lo consuela y a veces me hecha de su morada,
de aquel lugar publico
donde se recuesta a silbar
una vida a través de una melodía.
Nadie lo escucha,
salvo yo
¿Por qué?

Siento que soy culpable de su miserable presente
desde que lo conocí,
sentí su desprecio
como al de la sociedad a través de sus versos.
Sus melancólicos versos
en hojas arruinadas
eran mi único regalo
propios de su enojo y egoísmo.
Su huida fue su mejor regalo
ningún hijo desearía eso
pero hasta algunas estrellas desean
poder escapar
y observar el rostro del sol.
Me creo para culparme de sus problemas,
de su carencia de amor,
de la ultima sonrisa de mi madre.

¿Por qué aun lo sigo escuchando?
¿Qué lo hace mi padre?
Me diste la vida pero también
dejaste que las gotas de lluvia
caigan sobre mi pesar
y sean las únicas oyentes
de mis afligidas palabras.
Su melodía retumba en mis oídos
como mi pasado en mi alma
aunque me observe
ya no me reconoce
tal vez porque deje de existir en su memoria
la primera vez que abrí los ojos.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Abrazando al paraíso

Poco a poco caigo a tus pies, ¿Que tienes? ¿Qué le ofreces a mi corazón que se derrite por ti? Tus ojos me van guiando a un paraíso solo junto a ti. Me cambiaste, me elevaste a lo inimaginable a un mundo mágico construido por los dos, no importa si fuiste tú o yo el que dio la idea, solo calla y bésame, recuéstate sobre mi regazo y volemos.
Mi vida no tuvo tantos brotes de alegría y mi soledad obstruía mi corazón. Estaba enmudecido en la plena soledad al tanto difuminaba mi futuro. Me preguntaba para que quisiera seguir sino sabía con quien compartirlo. Deseaba tener a quien abrazar y decir todo lo que sentía
Ahora tu aroma endulza mi vida. Nos encontramos allí, mientras tu dulce sonrisa me enamora aun mas, las hojas caen bordeando nuestra silueta, antes era solo la mía, antes solo podía pretender vivir mi vida junto al invierno lúgubre y vacio
Las horas pasan y aun el dulce aroma del amor nos envuelve en ese abrazo interminable

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Cárdeno laberinto


Pienso si habrá alguna una manera de salir de este laberinto. Oscuro dentro de mi ser intento escapar ¡Ayuda! -grito desesperado- Si alguien escuchase mis miles de plegarias, si dios estuviese presente en este momento, si aquel aroma me llevase a otro universo repleto de alegrías y festejos, si tú estuvieses aquí amor mío.
Corro y corro; y al parecer vuelvo al mismo punto de partida, aun no he aprendido a apreciarte, aun solo soy un grito en el silencio de tu boca, aun mi mente sigue en torno a ti. ¿Y qué puedo hacer?
El viaje se hace más largo cada segundo sin tus besos, te extraño, extraño amanecer junto a ti, tus labios carnosos y la forma que dibujabas mi silueta junto a la tuya con tus delicadas manos
Mi corazón apático aun no reacciona que fui yo el que te traiciono, fui yo el que no supo comprender que tenía al amor de su vida frente a sus ojos y ahora me siento a reflexionar en medio de la nada, de la retorcida penumbra, en medio de la soledad, ¿Por qué mi corazón aun no logra callar mi remordimiento? ¿Por qué aun no logro conseguir la felicidad?
Aun se que sigo atrapado en esta pesadilla, pero sé que hasta que no consiga tu amor nuevamente no volveré a despertar

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Gris

Gris es el cielo
Gris es mi alma
Gris es no poder estar contigo
Gris es haber perdido el miedo de perderte

Deje de escuchar tus alagos
Deje de sentir tu amor
Y corrí bajo la tormenta
En busca de un nuevo amor

Gris es ya no sentir afecto
Gris es mi agonía interna
Gris es la locura que me corrompe lentamente
Por aquel absurdo error

Deje de escuchar tus alagos
Deje de sentir tu amor
Y corrí bajo la tormenta
En busca de un nuevo amor

Gris es mi soledad
Gris es estar con ella
Gris es extrañarte y ya no poder amarla

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Caballo blanco

Corres entre medio de una canción de amor,
tus rizos blancos se deslizan al compás del viento
¿Cómo poder creer que cambiaste mi vida?
Galopando sobre el silencio del olvido,
creyendo en el mañana.

Te veo amanecer frente al calido domingo,
esperando el anochecer,
abrazado junto a ti
deseando que jamás termine
caballo blanco.

Te arropo en las noches de frío,
mientras te acaricio,
y te canto aquella bella canción
que escuchabas en tu niñez,
mirando las estrellas brillar.

Me proteges
cuando el viento golpea mi rostro.
Me contemplas
en la desolada penumbra, me hablas
y te respondo mirándote a esos oscuros y esbeltos ojos.

Te veo amanecer frente al calido domingo,
esperando el anochecer,
abrazado junto a ti,
deseando que jamás termine
caballo blanco.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky
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