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El ruido

Serenata para mis oídos,
son tus palabras que viajaban junto al viento hacia mi corazón,
como la brisa que acaricia las hojas,
deseando huir enamoradas dejando su casa de madera.

El ruido se enmudeció,
con tu punzante y repentina despedida,
atándome a una infelicidad eterna,
abrazando las frías paredes, anhelando oír tus susurros por los pasillos.

El ruido de tu voz que me enamoro,
ahora es solo un vacio en mi habitación.
Y la felicidad que habías creado en mí,
huyo en busca de tu olor.

Tu sonrisa era el más bello ruido,
aquella llave ondulada en tus labios que abría mi felicidad
me la robaron al raptarte de mi vida,
dejándome en la soledad escuchando el gris silencio.

Acostado sobre tu fragancia bajo mi manto de lágrimas
te recuerdo dormida, suspirando abrazada a mí,
anhelando poder escucharte eternamente,
pero al abrir los ojos tan solo eres el más bello y afligido recuerdo.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Indicio

Al caer el sol,
lo único que queda
es el indicio de su brillo
y la fragilidad de su cuerpo
que descansa sobre el suelo.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

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Ruta

El día se ennegreció,
su mirada contemplaba su rojizo dolor,
en tanto sus oídos se aturdían
por aquellos llantos provenientes de su vientre.

La sombría ruta se volvía infinita,
al igual que el ánimo de su marido
que sostenía su fina mano intentando calmarla,
escuchando los pequeños pataleos de aquella bella creación.

El sufrimiento era insostenible,
el deseaba ver un nuevo universo
lejos de aquel bello hogar,
placentero y materno.

Se despidió arrepintiéndose con lágrimas en su rostro,
gritando bajo el manto de lo desconocido,
deseando que el miedo no lo seduzca
y rogando volver a su antiguo hogar.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

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Abrázame

Abrázame bajo las nubes murmuradoras,
en el gris de tu pasado que pinta el cielo
y lo viste de cristalinos recuerdos
que descienden, quebrándose contra el asfalto.

Abrázame que los arboles aun siguen durmiendo
ocultos en el verde de tus ojos, vestidos de enamoradizas hojas
que huyen junto al viento hacia su felicidad
hiriendo a aquel corazón de madera que las vio nacer.

Abrázame y detén el tiempo
mientras la felicidad se ondula en tu rostro.
Abrázame cuando nos alejemos
y no me olvides en el sucio desván de tus recuerdos.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Vagabundo

Dios es testigo que nuestro amor,
fue un momento y luego un futuro de engaños.
Las caricias que ahora me das,
son gritos de un dolor embriagado y perdido.

No deseo saber a quien
le entregas tus deseos de ser nuevamente una mujer
porque ya vi el cruel rostro de la traición
al abandonar tu corazón, bajo mis cristalinas lágrimas.

La habitación es un calvario
repleto de mentiras y decepciones
te observo dormir sin poder acariciarte
encarcelado en mi angustia, alejado del paraíso donde deseaba vivir.

Solo soy un vagabundo
que aun te habla en los recuerdos,
sediento del dulce sabor de tus labios
pido a las constelaciones volver a amarte.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Amante del camino

Amante del camino,
del laberinto que me brinda la tierra
en donde deseo perderme.
Durmiendo en el verde de la tranquilidad,
gritando de felicidad bajo las cristalinas gotas de esperanzas,
mientras contemplo el pacífico golpe de las olas contra el mar.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Fue amor

Fue amor
aquel preciado sentimiento abandonado en la maleta
un deseo que se me olvido pedir
tan desesperante de encontrar,
pero a la vez tan fácil de perder
como la bella arena que se la lleva el mar
dejando una marca de lo que fue, huyendo hacia el lejano horizonte.

Fue amor
y ahora es angustia.
Es aquella historia que sostiene el armario de mis recuerdos
repleto de gozos y suspiros,
sereno por un momento y ensordecedor por otro
a veces me habla queriéndome recordar los preciados momentos
pero en las tormentas tan solo veo sus lágrimas caer del melancólico cielo.

Fue amor,
mi corazón se perdió en los mares de nuestra canción.
Perdí mi musa de inspiración
y la pluma con la cual escribí
se perdió en tus besos, anhelados en mis sueños,
en los rizos que caían con sutileza tapándote tus verdes luceros,
en tu cálido cuerpo, origen de la belleza, santuario de perfección.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Ya no basta


Ya no basta con lágrimas cayendo sobre mi apagado rostro,
tampoco basta con cantarle su canción favorita
con la cual se dormía plácidamente
sobre mis robustos pectorales.

Ya no basta con recordarla, porque
son solo imágenes en mi mente
que dé en tanto en tanto me hacen entrar en una irrealidad
donde la veo resplandecer abrazándome diciéndome que me ama.

Pero al abrir los ojos, todo se desvanece,
comienzo de nuevo en el final irremediable de este verso,
sollozando, golpeando las paredes, esperando que alguien me escuche.
Pero nada...

Sera cosa del destino que me quitaran de las manos a mi amada
la cual me brindaba la felicidad absoluta
con tan solo dibujar una sonrisa en su rostro,
era lo más lindo que tenia y me lo arrebataron.

Solo quiero dejar de llorar y volver a verla tan solo
para decirle por última vez que la amo
y besar al paraíso,
juntando mis labios junto a los suyos.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Destierro

Tu mirada me encontró
vagando sediento desterrado de mi felicidad
sostuviste mi cuerpo, descubriendo mi esencia
siendo tú el paraíso donde queria vivir,
amarrado a tu seducción,
en tu manantial de ángeles en pleno vuelo
murmurándote un simple bolero.
  
Escrito por: Maximiliano Braslavsky
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