Sus gritos me despiertan
En la noche de San Valentín
Sola con él
Mi preciada obra de arte
La mayor parte de mí que se transformo
En lo mas preciado que tengo en el mundo
En su cuna de madera calentito se encuentra
Lo sostengo entre mis brazos apoyándolo sobre mis pechos
El hambre abunda en esta casa sin derechos
Por suerte el monstruo no se encuentra
Le tengo miedo, no quiero que se lo lleve
Él me amenaza con quitármelo de las manos
Con prohibirme abrazarlo, con prohibirme amarlo
Pero yo lucho día y noche
Me quiere hacer sufrir
Y no sé que hacer
Sus golpes son mi tortura
Su sonrisa maléfica mostrando sus putrefactos dientes, es mi condena
Siempre intento despertar, pero esta pesadilla es real
Mi tesoro es lo único que me da fuerzas por seguir de pie
Quiero darle un futuro mejor
Quiero que sea lo que yo nunca pude ser
Quiero que este orgullosa de mi
Que sepa que su mamá lucho para que él sea alguien y no la basura que esta en mi casa
Lo miro
Su cara ingenua y su sonrisa milagrosa
Me dan ganas de seguir viviendo
“Te amo mi amor, ya va a pasar todo esto, mama va a luchar por vos”
Lo termino de arropar en este frio y hostil San Valentín
Es hora de enfrentar la cruda realidad
De ver el infierno en ese grueso cuerpo que me disminuye como persona
Que me golpea hasta encontrar su propia satisfacción
Que me atrapa en sus brazos de oso
Tomándome del pelo
Inclinándome
Tragando mi propio orgullo mientras grito entre falsos goces y la desesperación de no saber que hacer
La puerta golpea contra la pared
Un golpe seco me trae a la cruel realidad
Se acerca hacia mí
“¿Que hay de cenar?”
“No hice nada, no tuve tiempo”
“¿Cómo que no tuviste tiempo? Yo laburo, acá la que cocina sos vos”
Mis explicaciones diarias son inútiles
Necesito ayuda
“Él bebe no me importa, vos acá tenes que laburar, ¿entendiste?”
Su tono de vos comienza a aumentar
Mis oídos son inundados por gritos atroces
“¡Vas a levantar al bebe!”
Los llantos agudos de auxilio rodean la escena
Él corre hacia mi amor
Sus pisadas retumban en los escalones
“¿Que vas a hacer?”
“¡Cállate y cocíname algo!”
Cada vez más cerca
No voy a permitir que nadie lo toque
La desesperación comienza a bordear mi cuerpo
Mi sentido común comienza a desaparecer
Es tal calvario
Necesito finalizarlo de una vez
Llego hacia el final de la escalera
Lo miro
¿Cómo pudo llegar a hacerme esto?
¿Cómo se lo permití?
Y después de un segundo todo finalizo
El tormento termino
Quedando solo un rastro de sufrimiento entre los escalones bordeados de aquel rojo.
Escrito por: Maximiliano Braslavsky
