Fuego en tu mirada de lince enardecido,
fugado de un amor oscurecido,
por un penoso crimen cometido.
Corres desesperado,
mientras te escabulles entre los escombros de tus arrepentimientos.
Presa fácil de tu mente, en el laberinto de sueños caídos
Imaginabas un mundo junto a ella, le entregaste tu corazón,
le decías al oído que la amabas al compás de aquella suave canción,
pero la acción le gano a la razón, atrayendo un afligido perdón.
Escrito por: Maximiliano Braslavsky
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