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Te extraño


Sabrás que en las noches
La luna es mi única oyente
Y de seguro le comenta al sol
Que te amo
Y sin ti no hay día que pase

Desde que me dejaste
Ya no soy el mismo de antes
Tú eras mi todo
Y ahora perdido ya no se a quien entregarle mi amor

Caricias bajo las sabanas
Un beso eterno
Que me engaño
Yéndote
Dejando que el tiempo cure mis heridas

Te extraño
En los días grises
Arropándome con mi dolor
Dibujando la locura
En lo que queda de mí

Tenía un futuro junto a ti
Viajando los dos
Compartiendo nuestras vidas
Pero solo era una idea de tantas ilusiones

Te extraño
En los días grises
Arropándome con mi dolor
Dibujando la locura
En lo que queda de mí

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

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Próximamente nuevas historias, que los sorprenderán en todos los sentidos




Escrito por: Maximiliano Braslavsky

Víctor Victoria


Capitulo 1

“La onda”

- ¿Y a mí qué? ¿Qué me concierne estar aquí si no te puedo tocar?
- Pero Víctor ¿Qué decís?
- Vos sabes, yo acá, intentando ya sabes
- Pero no estoy lista
- Uf, siempre “ay no estoy lista, dame más tiempo” Siempre pensas en vos ¿y yo? Yo también tengo mis necesidades, necesidades de hombre, maldita sea ¿Acaso no comprendes?
- ¿Qué tengo que comprender? ¿Qué quieres acostarte conmigo? Aun no estoy lista, entendelo ¿Qué tanto te cuesta?
- Hace 2 meses me venís diciendo lo mismo, me siento un idiota en la secundaria, fuera de “la onda”
- ¿Entonces esto lo haces por estar adentro de “la onda”? Yo te voy a decir que es la maldita “onda”, es AMAR a una persona y DAR TODO por ésta, haciéndola FELIZ, dándole SU TIEMPO pero ¿sabes qué? Ándate idiota, no te quiero ver más, no soy ninguna puta a la que puedes metérsela cuando queres, estúpido ándate y acá tenes 30$ para pagarte tus necesidades maldito enfermo
- (se queda impactado y se va sin tomar el dinero)

Ya era medianoche y Víctor aun caminaba por las calles, solo, como debía ser, solo por no poder extender sus propias alas y volar. ¿Quién era? Doblo a la derecha y entro a un bar nudista llamado “Victrola”, las luces parpadeaban y cambiaban de color como las personas que entraban y salían satisfechas, el olor de la lujuria combinado con el humo del tabaco hacían de ese lugar, uno apropiado para las necesidades de Víctor.
Tomo asiento en frente de una chica que no pasaba los 18 años de edad, y observo el sutil pero fuerte movimiento de sus caderas que meneaban mientras los alrededores no paraban de quitar sus enfermizos ojos de encima, el dinero no paraba de caer mientras ella seguía excitando, pero aun Víctor no se sentía parte de “la onda”. Ella se bajo del escenario y fue directo a donde se encontraba él, se sentó encima y empezó a gemirle. Lento y suave comenzó a seducirlo, tomo su cabeza y la hundió en aquello que cada hombre desearía tocar. Impactado dejo que siguiera el juego y sonrió mientras ella se quitaba el sostén de mentes lujuriosas. Bailaba y bailaba. La música no dejaba de sonar, un hombre barbudo intento acercarse la tomo de los brazos y la llevo contra el suelo, cayó en un abrir y cerrar de ojos, el se acostó sobre ella y empezó a jugar a un sucio e inapropiado juego

-Así nena, sabes que quieres un poco de mi
- ¡Soltame maldito hijo de puta!
-Vamos perra, excítame

Se bajo la cremallera y antes de empezar a jugar la cara de Víctor se torno diferente, no podía creer que estaba por ver una violación y nadie se atrevía a hacer algo, no era que no se atrevían, lo disfrutaban, disfrutaban ver a una mujer sufrir, que cínicos de mierda.

-Ahhh –grito la bailarina mientras gemía de dolor-
Ahhh –se desquitaba mientras movía su sucio cuerpo-

La bailarina cerró los ojos e intento huir a otro mundo, lloraba, las lágrimas caían como sueños rotos, como la ilusión de ser amada como una mujer lo debe ser, tener un hombre que te proteja y que te ame, una familia, uno o dos hijos, una casa con vista al mar, un jardín donde los niños puedan jugar. Desapareció, el dolor desapareció, ya no lo sentía, él se fue dejando su marca mientras que Víctor no podía quitar su cara de espanto, sus ojos estaban alterados, había visto una escena que causaba nauseas y su cara no mentía, huyo despavorido, alterado, tropezó y cayó al suelo llorando sin fuerzas de levantarse y mirar la lluvia que caía sobre él.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

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Aún espera


Un hombre indiferente camina
Un hombre vestido de blanco se acerca
Un hombre espera sentado
El tiempo pasa, y aun sigue ahí
Los codos pegados a la mesa y un vaso de agua a su lado
La gente pasa a su lado sin notar su presencia
Aún espera
Y será casualidad que ni Dios, ni aquel suceso lo noto
Nadie pudo sanar aquella herida que mato su corazón
No fue un disparo ni un choque, fue un golpe directo
Un juego de pasión
En donde la traición era el plato principal
Y de postre las lagrimas con las que se deseaba morir
El sentimiento era parte de un fuego lúgubre
Ella te dijo una y otra vez que te amaba
Ciego le creíste
No pudiste ver que el engaño era su conciencia
Y que libre de preocupaciones gozaba de un perverso desafío
A su oscura alma le gustaba
Se sentía bien cuando aquel “otro” jugaba entre gemidos y caricias
Tocándola, besando sus dulces y venenosos labios
Gozando mutuamente
Rozando la intimidad entre las sabanas
Desgarraste el pasado y futuro
Pisoteaste aquel solitario y marchitado corazón
Lo mataste, dejándolo muerto en vida
Volviste después de aquella noche
Un cuchillo sobre su mano te esperaba
Tus ojos estupefactos
Tu cuerpo temblando
El final acercándose lentamente
Y una frase que aún perdura en su mente
“Te espero en el maldito infierno”


Aún espera...


Escrito por: Maximiliano Braslavsky

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Transitando Recuerdos