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Por la espalda

Por la espalda,
deje que la luna engañase al radiante día,
ocultando aquellos memorables rayos por la desconfiada oscuridad
enceguecido por el deseo te defraude, pisando tu amistad.

La borra del café lo anunció,
una herida abierta y un corazón quebrado.
Risas en el bar y su prohibida mirada sobre la mía,
atándome a su atracción de mujer encantadora.

Dijo que en un rato volvía,
mientras tú la esperabas sobre néctar de la cercana y silenciosa perfidia,
sentado en la oscuridad de tu hogar, invitando pasar a la preocupación
entre tanto mis manos tocaban su cuerpo ajeno, vestido por la tentación.

Su sedosa piel de porcelana rozaba la mía, entrelazándonos con la soga de la pasión
guiándome con sus finas y sedosas manos en su juego de seducción,
convirtiéndome en su amante en el anhelado anochecer
y un conocido más en el nacimiento del amanecer.

El día que vi tus lagrimas caer, amigo mio,
sentí que te defraude, partiendo escuchando solo tu arduo silencio,
culpándome en mi triste soledad
el haber sido el Judas de nuestra amistad.

Escrito por: Maximiliano Braslavsky

2 comentarios:

  1. Es dificil para un hombre resistir a la seducción de una mujer...
    Magníficas tus letras, es un placer leerte.

    Un abrazo.

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  2. Es el precio de la amistad... o ¿tal vez al revés, no?.

    Si es que aquello que nos contaron de Eva ha calado hondo en algunos.

    Un placer venir.

    Un beso

    ResponderEliminar

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