Mi vida no tuvo tantos brotes de alegría y mi soledad obstruía mi corazón. Estaba enmudecido en la plena soledad al tanto difuminaba mi futuro. Me preguntaba para que quisiera seguir sino sabía con quien compartirlo. Deseaba tener a quien abrazar y decir todo lo que sentía
Ahora tu aroma endulza mi vida. Nos encontramos allí, mientras tu dulce sonrisa me enamora aun mas, las hojas caen bordeando nuestra silueta, antes era solo la mía, antes solo podía pretender vivir mi vida junto al invierno lúgubre y vacio
Las horas pasan y aun el dulce aroma del amor nos envuelve en ese abrazo interminable
Escrito por: Maximiliano Braslavsky
No hay comentarios:
Publicar un comentario